MARCO CONCEPTUAL:
Como sistema político, la democracia
atraviesa varios períodos históricos hasta llegar al siglo XXI. Sus
orígenes como régimen político pueden ser ubicados en el año 500 a.C.,
aproximadamente, en el contexto de los años de auge de la Civilización Griega.
Esta sociedad planteó los primeros cimientos teóricos y prácticos de la
democracia como sistema político y la practicó como forma de gobierno. Estas
estructuras apuntaron a garantizar la participación de amplios sectores de la
sociedad en la toma de decisiones fundamentales para la comunidad; su
asentamiento en pequeñas ciudades llamadas Polis permitió la conformación de
instituciones políticas y de un sistema de participación. Por medio de ellas se
aseguró la discusión constante sobre las leyes, normas y reformas aplicadas
para mejorar el bien común de todos los ciudadanos de las Polis.
Los planteamientos iniciales de la democracia
fueron recuperados, durante los siglos XVIII y XIX, por políticos, filósofos e
intelectuales en el marco del proceso de constitución de los Estados-nación
modernos en Europa. Como respuesta a los regímenes monárquicos y absolutistas,
grupos de pensadores europeos plantearon la necesidad de un sistema político
democrático cuyo objetivo fuera el de poner a disposición de los ciudadanos la
designación de los gobernantes por medio del sufragio, pues se consideró que
cada uno de los miembros de la nación estaban en la obligación y el derecho de
intervenir en su propia forma de gobierno.
Más adelante, durante el siglo XX, la
definición de democracia comenzó a ser replanteada y diversificada con la
consolidación del capitalismo como sistema económico, la conformación de nuevas
comunidades políticas en otras regiones del mundo, el crecimiento de las
ciudades, y la aparición de movimientos de masas con cuestionamientos frente al
sistema democrático. Durante todo el siglo, la democracia recibió muchas
críticas como sistema político por considerarse que no era suficientemente
efectiva en garantizar la participación popular, y por ser, en muchas
ocasiones, un sistema controlado únicamente por las élites políticas de cada
país.
A pesar de estos cuestionamientos, en la actualidad,
la gran mayoría de países en el mundo adhieren a la democracia como forma de
gobierno por considerar que es la forma de organización social y política que
brinda las garantías necesarias para incentivar los principios planteados por
la Revolución Francesa en 1789.
- Igualdad: Todos los hombres son iguales
ante la ley sin importar su color de piel, sexo, religión o condición social.
- Libertad: Todos los ciudadanos pueden hacer
aquello que no les prohíba la ley.
- Constitución: Conjunto de leyes que sean
aplicables a todos los ciudadanos de un Estado.
- Representatividad: Los ciudadanos tienen
derecho a elegir y ser elegidos; el voto es el mecanismo que permite la
representación de todos los ciudadanos en cabeza de unos pocos para que se
puedan hacer cargo del gobierno.
En el último tramo de los años 80, la
situación del país mostro que era necesaria la reconstrucción de la legitimidad
del Estado a través de la profundización de la democracia y para ello en el
Estado se impuso el deber de divulgarla y hacerla efectiva. Lo cierto es que la
alteración del orden público ha ocupado los últimos cincuenta años, en este
largo tiempo las repercusiones en la comunidad nacional han sido profundas. No
solo porque parte considerable de los colombianos haya aprendido a vivir en la
ilegalidad o prescindiendo de cualquier consideración legal.
La guerra en nuestro país ha implicado la
aparición de sospechas y recelos que quiebran la noción de la buena fe como
cimiento de la convivencia: la confrontación armada ha desatado bastos
movimientos de población. Para superar este periodo de violencia se requiere,
entre otras cosas, reconstruir la trama de las relaciones sociales y
reconquistar la confianza en el otro, ganar de nuevo la noción de la
solidaridad. En este contexto, la educación para la democracia se ha tomado en
parte importante en la superación de la crisis que vivimos para hacer de los
colombianos mejores ciudadanos
Nuestra Constitución Política de 1991
establece desde su primer artículo que Colombia es una República democrática y
participativa, está asumido el reto y el compromiso de promover la
participación ciudadana en todos los espacios de la vida social. A través
de toda una serie de herramientas consagradas en la
Constitución y reguladas en
las leyes nacionales, los colombianos podemos entablar una relación directa con
las autoridades públicas, dar a conocer nuestras propuestas, presionar para que
sean adoptadas, opinar sobre asuntos públicos, exigir el cumplimiento de las
normas, vigilar la conducta de los dirigentes, tomar decisiones que nos afectan
a todos o sancionar a los gobernantes que actúan de forma equivocada, entre
otras formas de participación. Para ello, se han establecido una serie de mecanismos
de participación que tienen la naturaleza de un derecho político fundamental,
atribuido a todo ciudadano, con el objetivo de que cada uno pueda participar en
la conformación, ejercicio y control del poder político.
La democracia está orientada a describir,
analizar y clasificar los distintos principios de un comportamiento ciudadano
con respecto a nuestra realidad social, sea la familia, el colegio, el trabajo
o la comunidad. Nos presenta las condiciones de convivencia desde la
Constitución Política, para que tomemos conciencia de nuestro papel como
ciudadanos, llamados a mejorar en todo momento las situaciones del entorno.
La formación democrática busca el desarrollo
de la expresión libre y los propios juicios sobre los sucesos locales y
nacionales en la vida política y social. Por ejemplo, fomentar la participación
de los estudiantes en los debates, foros y encuentros estudiantiles de
diferente orden. Propicia la cooperación y solidaridad desde un compromiso por
lo público, orientado hacia una conciencia e identidad ciudadana. Por ejemplo
el consejo estudiantil puede ejercer su liderazgo participando en proyectos que
procuren el bien común a través de campañas por la defensa de los derechos
humanos
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